La importancia de las nuevas tecnologías en la enseñanza de lenguas

 Licencia Creative Commons (CC BY-SA 2.0). 

Autor: Luigi Mengato. Fuente: Flickr.

Vivimos pegados a un smartphone, y no por casualidad. Las nuevas tecnologías y sus revolucionarias aplicaciones nos hacen la vida más fácil: nos conectan en tiempo real con el otro extremo del mundo, nos permiten hacer la compra, nos monitorizan cuando hacemos deporte, nos distraen, nos alertan, nos organizan… Sus progresivas aportaciones han ido ganando tanto peso que, directamente, se han integrado en nuestra vida personal, convirtiendo a los dispositivos móviles en una extensión de nuestra mano. 

Si hace un par de años conocíamos que el número de líneas móviles alcanzaba ya la cifra de habitantes mundiales debido al aumento de las suscripciones de smartphones, el pasado mes de enero salían a la luz los datos del informe que We are Social y Hootsuite realizan anualmente sobre la evolución de usuarios de internet, social media y móvil en todo el mundo, en el que se revelaba que el 68% de la población mundial es ya usuario único de móvil. Las nuevas tecnologías ya tienen más que superado el reto de hacerse imprescindibles en la vida de los usuarios o clientes, pero cuentan todavía con varias asignaturas pendientes al otro lado del negocio. Y, mientras que las empresas ligadas al sector privado, especialmente el económico, ya dan sus primeros pasos en el mundo virtual, son las empresas e instituciones ligadas a sectores de tradición pública, como la enseñanza, las que más camino tienen por delante.

Prohibido prohibir los móviles 

Al cambio de mentalidad (de analógico a digital) en sectores como el de la enseñanza, no ayudan actitudes recriminatorias hacia el uso de los móviles en las clases, o los prejuicios sobre el uso del juego en el aula. 
En un interesante trabajo titulado Retos del sistema educativo actual frente a la nueva y emergente era digital, la profesora Nerea Godoy explica cómo "el uso de los dispositivos móviles en educación aumenta la probabilidad de interactuar con más individuos, se mejora la comunicación, y disminuye las diferencias entre profesor y alumnos; por lo que el uso de estos dispositivos en educación es un elemento fundamental en la construcción de conocimiento". 
También cuenta con información interesante este artículo de Guillermina Waldegg, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN de México, en el que señala que una de las principales ventajas de la utilización de la nuevas tecnologías en la enseñanza "apunta en la dirección de lograr una forma (quizás la única) de recapturar el "mundo real" y reabrirlo al estudiante en el interior del aula, con amplias posibilidades de interacción y manipulación de su parte". 

La clase de idiomas: una clase especial

Por otro lado, en la enseñanza de lenguas, como apuntan expertos que se citan en este artículo, es donde los estudiantes desarrollan una mayor conciencia acerca de realidades sociales, el lugar donde interactúan, debaten y realizan propuestas de cambio motivadas por la propia dinámica de la simulación y por los temas que se tratan, como la educación, problemas medioambientales, derechos humanos, entre otros. En otras palabras, es donde los temas de la vida cotidiana toman un protagonismo especial y donde los factores afectivos adquieren una mayor relevancia. 

Dejar a un lado las nuevas tecnologías no es solo un error "temático". Como parte importante de nuestra vida que ya son, evitarlas significa evitar también oportunidades para cumplir con los objetivos del enfoque comunicativo que propone el MCER.

Como indica la doctora Ocarina Masid en sus apuntes para la asignatura Entornos virtuales de aprendizaje y recursos digitales de la Universidad Nebrija, el aprendizaje de idiomas tiene muchas características en común con el conectivismo, la teoría del aprendizaje que surgió a partir de la llegada de internet y que trata de explicar cómo se da el aprendizaje complejo en un mundo social digital que evoluciona tan rápido. Estas características, en relación al estudiante, serían que debe adquirir autonomía, aprender a buscar la información, pasar por diferentes interlenguas y cambiar su competencia y actitud.

La evidencia de la práctica

Se puede estar más o menos de acuerdo con esta teoría o las tradicionales (el conductismo, el cognitivismo y el constructivismo) a la hora de apostar por las nuevas tecnologías, pero los buenos resultados que ofrece la práctica, especialmente en la enseñanza de lenguas, subrayan la importancia de su uso. 

Sin duda, en un ordenador con conexión a internet se puede encontrar el mejor input que hay después del que proporciona al hablar el propio profesor: vídeos en Youtube, textos, audios y podcasts... Las nuevas tecnologías también nos permiten practicar tareas significativas y, por lo tanto, motivadoras, por ejemplo, en lo relacionado a los nuevos géneros narrativos, como es el del envío de correos electrónicos, o la conversación en un chat. También destacan las aplicaciones que cada día van surgiendo y que en ocasiones permiten realizar incluso de una manera más precisa actividades tradicionales como los tests, (Socrative, Play Posit...) y a veces hasta de forma lúdica, como Kahoot. Por supuesto, la relación entre profesor y alumno se hace mucho más fluida gracias a los blogs o herramientas de blended learning, sin entrar ya en todo el mundo de posibilidades que ofrecen en la modalidad online.

Eso sí, a la importancia de su implantación en el aula de lenguas, se une la no menos importante obligación de hacerlo de manera optimizada y oportuna, con el objetivo de que no se vuelvan en contra del propio aprendizaje. Como asegura la doctora Masid, "hay que sortear como sea el peligro de una tecnofilia exacerbada que nos lleve a programar actividades web por el mero gusto de usar la red en el aula".